sábado, 20 de septiembre de 2014

Semana #1

Semana de locos. No he tenido tiempo ni de sentarme a escribir ni de hacer un poquito de skype. Muchas salidas, muchas reuniones. Resultado: me estoy agarrando una gripe que no me gusta nada, así que hoy, sábado, reposo total.

Venimos todos los días haciendo algo, siempre conociendo a alguien nuevo.

Sábado: salimos a pasear con los italianos, que son los que aparecen saludando en el video del puente con las sombrillas. A la noche salimos la tutora de Lucio y Ana, Bárbara, que estuvo un año en Argentina, estudiando en la UNLP. Hicimos la previa en la casa de uno de los amigos del novio, con ellos. Unos alemanes re divertidos! Había uno, tan relajado, tan simpático, que me sorprendió cuando me dijo que es sargento en el ejército. Estereotipo derribado. Otro, lleno de piercings y tatuajes, con toda la pinta de skater resultó ser maestro de escuela primaria, de alemán, matemáticas, religión, física y jardinería. Otro estereotipo derribado. A mí, que me considero bastante open minded, claramente me falta bastante para lograr no prejuzgar.

Esa noche también fue la fiesta de los vestidos de novia. Una vez al año, las señoras y sus maridos se van de fiesta en los vestidos y trajes de casamiento, para usarlo una vez más. Toda la noche en la calle vimos novias, re lindo!!

Domingo: bastante tranquilo, estuvimos de limpieza general. Llegó la cuarta compañera, Marie, francesa y amiga de Jenni. Con ellas dos y con Suzie, la compañera francesa de Vicky, trato de hablar y escuchar francés un poco todos los días. Todos los días hablando y escuchando español, inglés, alemán y francés es todo un cambio. La cabeza trabajando permanentemente. Me encanta! Pero cuando estoy un poco cansada mezclo todo! Y a veces ni me doy cuenta. Palabras, expresiones o construcciones enteras. Empiezo una oración en inglés y la termino en alemán, o la empiezo en alemán y la termino en francés. Me resulta bastante difícil pensar y hablar con una sola lengua en la cabeza por vez, pero supongo que con tiempo podré lograrlo… espero!

Empieza la semana: examen de nivelación. Nos separaron en grupos y solo Lucio y Ana quedaron juntos. En mi grupo somos alrededor de quince, con compañeros de Irán, Indonesia, Hungría, Corea del sur, República Checa, Rusia, Italia, España y Francia. Y yo, la argentina. La única caradura que se manda a preguntarle cosas a la profesora… y a la que la profesora no entiende. El otro día, la lehrerin nos dijo que, salvo por algunos truquitos, hay que estudiar el género de la mayoría de las palabras de memoria (todo en alemán). Entonces, a Fernandita se le ocurrió la brillante idea de preguntar “¿Cómo se dice ‘aprender de memoria’?”. Empecé a hablar y en la mitad de la oración me di cuenta de que no sabía cómo se dice “memoria”. Medio nerviosa, medio entrada en calor, me tiro el lance y le digo learn by heart, pero veo que la profesora me sigue mirando como la miro yo cuando no entiendo un corno de qué está diciendo. Ahí las miro a Patricia y a Lidia, las españolas, y les digo “De memoria! De memoria!” como diciendo “Ayúdenme, che!” y entonces me doy cuenta de que todos los demás entendían perfectamente lo que estaba queriendo preguntar pero naranja, todos calladitos. Listo, último recurso: le hago la mímica del loro, con las alas, “que es un animalito que habla y yo estudio como el animalito” (porque no tenía idea de cómo se dice “loro”). Finalmente, Frau Shramm me entendió. Etwas auswendig lernen. Con toda mi frustración, más tarde, Lidia le contaba a los demás españoles: “Y ezta que ze manda a preguntar laz cozaz máz raraz! Quizo preguntar cómo ze dize ‘aprender de memoria’ y me miraba a mí y me dezía ‘De memoria! De memoria!’ y yo qué mierda zé cómo ze dize ‘de memoria’!”. Nos matamos de risa - de mí.

Lunes a la noche, cervezas con los italianos y dos rusas. Esas dos no me tiraron abajo ningún estereotipo: muy bonitas, muy classy, pero no charlan a menos que haya un chico en la conversación… un poco extrañas. Martes a la noche, cena en lo de Sophie, mi tutora y la de Vicky. Qué hermoso el departamento! Me acuerdo de que pensé “este es uno de los momentos en que me siento de otro país”. Lo que para ellos es más o menos, para nosotros es un lujo. Esa es una de las grandes diferencias que también tengo con mis compañeras de departamento.

El miércoles el día estaba hermoso. Al fin había salido el sol y hacía calor, para short y remera. Así que nos fuimos de picnic a Petersberg, un lugar hermoso. Es un parque que está bastante alto, y se puede ver gran parte de la ciudad desde arriba. Italianos, una francesa y una finlandesa, nosotros y los alemanes: Bárbara, su novio y los amigos del novio. Y Marvin y Melanie. Es re gracioso como los conocimos. El sábado a la noche, camino al boliche, Ana y yo caminábamos en la calle charlando en español. Por ahí escuchamos “Ey! Ustedes hablan español!” y nos pusimos a charlar. Marvin estuvo seis meses trabajando en Chile, así que estaba re contento de encontrar gente con la que puede charlar en castellano. Él y Melanie son de Erfurt, pero no viven ni estudian acá. Aparentemente es muy común que, independientemente del nivel de la universidad que tengas en su misma ciudad, los alemanes se van a otra ciudad a estudiar, para ser independientes y “ver el mundo” (aunque se vayan a una hora de distancia). Enseguida nos agregamos al Facebook y los sumamos al picnic.

Jueves a la noche, reunión en un bar, coordinada por la universidad, para todos los extranjeros. Estuvimos a pura charla y después algunos nos fuimos al boliche. Los alemanes bailan taaaan raro! Se metían al círculo que habíamos hecho para bailar y se mandaban unos pasos bastante extraños… nadie les seguía la corriente, pero ellos re chochos.

Anoche, viernes, nos juntamos a comer unas pizzas con los españoles. Luis, Marina y Lidia estudian traductorado. Luis, del inglés y del alemán, y las chicas, del francés y del alemán. Me sorprendió bastante que están en su segundo año y vinieron a Alemania para aprender alemán… pero tienen entre un A1 y un A2. En Argentina, si no me equivoco, directamente no ingresamos a la universidad si no tenemos al menos un B1. Pero, por lo que tengo entendido, nosotros estudiamos para hacer inversa también y ellos solo directa. Es muy interesante conocer de primera mano cómo es nuestra carrera y profesión en otro país. Y nos matamos de risa por las diferencias léxicas y fonéticas. Surgen más seguido de lo que me imaginaba. Al ratito de estar con ellos ya se nos pega el “vale, hombre” y esa tonada tan particular. Y ellos se descostillan de la risa por como hablamos nosotros. “Heladera”, “boludo” y todas esas cosas les resultan súper graciosas.

Por suerte anoche ya pude hacer Skype con mamá, papá y Merce y con las chicas de Paraná (ejem, ejem, falta La Plata, ejem, ejem…). Estoy tan desconectada que hasta que no prendo el Facebook ni me entero de que es el día del maestro o cosas por el estilo. Así que si me olvido de algún cumpleaños por estos días, ténganme paciencia!

Les mando muchos abrazos de oso. Bis bald!


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