miércoles, 17 de septiembre de 2014

Primeros días

Ayer miércoles nos levantamos (no muy tempranito) y marchamos al centro. La ciudad no es muy grande; según dicen los que viven acá, en poco tiempo vamos a conocer todo. Hay mucha calle empedrada pero también hay asfalto, con las vías para el tram. Todo es súper pintoresco, parece de película. Todo súper limpio, no hay graffitis -sí vimos algunos en las afueras, cuando llegábamos el otro día-. Hay puestitos de comida por todos lados. Claramente es muy común el Dönner (el kebab), hay un puesto al lado del otro.

Almorzamos y nos volvimos a la Uni, bajo la lluvia, totalmente empapados. A las 15hs nos esperaban para abrir el Puzzlebox o Puzzlekiste, una habitación donde hay objetos que dejaron estudiantes anteriores y que nosotros podemos agarrar y usar gratis. ¡Para qué! A los argentinos nos dijeron "gratis", arrasamos. Ya tengo diccionario inglés-alemán, tengo plancha! Tengo perchas, que faltaban, repasadores, broches para colgar la ropa, salero, cuadernos para escribir en las clases, jaja de todo. El lunes vamos a volver a ir con tooodos los estudiantes extranjeros. Creo que me da vergüenza volver y agarrar más cosas jaja. Los alemanes dijeron "es natural, son sudamericanos". Golpe bajo. No importa, yo tengo cosas nuevas, jajaja!

Ahí conocimos a nuestra guía en Erfurt, Sophie, una divina. No sabe nada de castellano y entramos tanto en confianza que a los cinco minutos ya era una más de nosotras. Tanto que le pregunté algo en castellano, en voz baja, como chusmeando, y se me mató de risa porque yo lo hice sin querer, súper natural jajaja fue muy gracioso.

A la noche fuimos un ratito a una reunión que hacen acá, cada dos jueves, que se llama Tertulia Hispanohablante. Se reúne gente que habla, claro, español, a charlar en esa lengua. Por alguna razón me imaginé alemanes, solo alemanes hablando español (a nosotras nos invitaron dos alemanes). Pues no. Sí conocimos a un alemán que habla muy bien español, pero también conocimos a su esposa, uruguaya, y a otra pareja, una paraguaya y un dominicano. Viven acá desde hace un tiempo ya, alrededor de dos años todos. Salvo el dominicano, ingeniero, los tres restantes son médicos. Había mucha más gente, pero no llegamos a conocer a todos. Qué raro nos resultó que gente de esas partes del mundo estén viviendo acá, una ciudad tan chiquita... pero, acá estamos nosotras también, así que tampoco es para sorprenderse tanto, supongo.

Al día siguiente un poco llovió, un poco garuó todo el día, no vimos ni un rayito de sol. Así que nos quedamos adentro nomás. A la tarde tomamos unos mates ricos entre nosotros y a la noche salimos a tomar algo. La ciudad es tan hermosa, de verdad parece de película. Caminando por las callecitas empedradas, que no son derechas, sino que vas caminando como en curvas y llegás a una "esquina" que une todavía más callecitas; no un cruce normal, sino un punto de partida para varias callecitas más. ¡Encontramos el famoso puente sobre el que han construido casas! Entre techo y techo enfrentado, han colgado paraguas de colores, ¡es tan lindo!

Hoy me levanté y otra vez el mismo tiempo: gris y garuando. De los cuatro días que hemos estado acá, tres han sido así. Estoy empezando a pensar que esto va a ser cosa de todos los días, mi propio Londres. ¡Así que a abrigarse un poco y a salir con lluvia! Ahora, en un ratito, me voy a conocer un mercado de productos frescos o algo así, con mi compañera de departamento italiana, Caterina, y no sé quién más. Hoy madrugué a las 9:30 a. m. gracias a la familia de mi tercera y nueva compañera de departamento, de Francia. Creo que se llama Jennifer, ¡me olvido de preguntar los nombres! Supongo que hice tanta fuerza mental para conocer a algún francés o francesa et parler en francais que del universo dijeron "te damos una compañera francesa, ahora dejanos en paz" jajaja.

Bis bald!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario