Empezaron las clases. Me tienen
agotadísima. Las primeras dos semanas son para “probar” clases, a ver si te
gustan o no, si el profesor “te acepta” o no, de acuerdo a tus conocimientos
previos. Después de estas dos semanas hay que inscribirse oficialmente a las
materias elegidas.
El domingo pasado conocí a mi
familia de Fremde mit Freunden, un
proyecto de la ciudad que reúne una suerte de “padrinos” y “ahijados” para
charlar de cualquier cosa. Significa algo como “Extranjeros con amigos”. Robert
y su esposa Mandy me invitaron a almorzar a su casa. Cocinaron un plato
tradicional de Alemania, no me acuerdo el nombre, pero súper rico! Es ese plato
con papa hervida, se hacen pelotitas y después se las hierve otra vez. Después,
mientras la nena de un año y medio, Nele, divina, dormía la siesta, Robert y yo
fuimos a la vuelta de su casa a Augustinerkirche, la iglesia donde vivió Martín
Lutero. Aparentemente, Lutero un día caminaba (por la misma calle donde yo caminé!)
y había una tormenta que parecía que se venía el mundo abajo. Con mucho miedo,
le pidió a Dios que lo salvara, y de repente vio que justo al lado de donde
estaba él en ese momento había una iglesia. Así fue que se convirtió en monje.
Vimos donde durmió, su cama y la biblioteca de la iglesia (la más grande en
Alemania).
Después volvimos y llegó Rose, la
hija de Robert, de 15 años. Fuimos a tomar café con torta. Y querían llevarme a
la catedral, porque les dije que todavía no había ido. Fue un día hermoso, y
ellos son divinos. Todo el día hablamos alemán, porque no hablan mucho inglés y
yo quería esforzarme… me cuesta mucho, y termino súper cansada después de tanto
alemán. Estoy re contenta con ellos.
El viernes pasado se hizo la
inauguración del proyecto este, en la casa de gobierno, y ahí me enteré de que
Robert es un tipo bastante “importante”. Es uno de los dueños de Mohr Media,
una compañía productora de documentales, películas, cortos para las noticias,
etc. Y le preguntaron en el escenario (porque era uno de los invitados a subir
y hablar sobre cómo su compañía coopera con el proyecto) si tenía un “ahijado”
y dijo que sí, Fernanda, de Argentina –y pidieron que me levantara para saludar!
Yo estaba roja como un tomate– y Robert dijo “wir sind sehr glücklich mit Fernanda”, que significa básicamente
que están muy contentos conmigo. Qué lindo!! Lo que me puso un poco mal fue que,
antes de pasar al tema de la compañía, dijo otras cosas, dos líneas quizás,
sobre mí, y no pude entender! Me frustró bastante.
Hay días en que no quiero saber
nada con el alemán. Me cuesta mucho. Siento que aprendo pero que aprendo lento.
Y hay días en que no quiero ni pensar, porque arbitrariamente pienso en
cualquier lengua. Cuando no sé cómo decir algo en una lengua X automáticamente
paso a otra. Es involuntario, y cuando me doy cuenta me río, porque creo que estoy
medio loca. Pero tanto pensar también me cansa. Clases de alemán, clases de
español, clases de francés, inglés como lingua
franca. También creo que todavía me estoy adaptando al ritmo de las clases
y eso me cansa mucho. Y la verdad que me molesta bastante andar cansada todo el
tiempo. El fin de semana estoy derretida, como que me pasó un camión por
encima, y las horas se pasan rapidísimo. Igualmente, como dije hace unos días,
nunca estuve tan contenta de ir a la facultad. Estoy yendo a la facu en
Alemania… cuándo me imaginé esto yo? Y ya estamos casi en noviembre! No quiero
que se pase más el tiempo.
Empezamos a dar clases de español
con Vicky. A un grupo de chicos que no llegaron a entrar en el cupo de los
grupos de español A1 (acá todas las clases son por cupo: clases de 100
personas? Nooo! Hasta 30, como muchísimo. La mayoría son de 20 y hay algunas de
10!). Entonces, nada oficial, Vicky y yo les damos clases dos veces a la
semana, siguiendo a los demás grupos de A1 para que a fin del semestre puedan
incorporarse a los grupos de A2 sin problemas. Y de paso, para nosotras es una
práctica buenísima. Cada una por su lado, siempre dijimos que queríamos hacer
algo así y de repente la jefa del departamento, Victoria de Dios, nos tiene
bajo el ala. Y bueno, quién sabe, quizás hasta pueda conseguir un trabajo de
eso por acá! Las vueltas de la vida…
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